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Fotografía: ACNUR/Sebastián Roa

Salvaguardar la vida y la integridad de las niñas y las adolescentes de Guatemala, Día mundial de población 2020

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El 11 de julio de 1987, el número de habitantes del mundo llegó a los 5 000 millones. Dos años después, en junio de 1989, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), instituyó el Día Mundial de la Población, con el objetivo de llamar la atención sobre la urgencia y la importancia de aumentar la conciencia sobre las cuestiones de población.

Cada año, este día conmemora algún tema en particular, como por ejemplo, La planificación familiar es un derecho humano (2018), Invirtiendo en la juventud (2014), Somos 7 mil millones (2011), Combatir la pobreza: Educar a la niña (2009), entre otros, siempre relacionados con problemas coyunturales vinculados con el gran tema poblacional.

Este año 2020, las Naciones Unidas llama la atención sobre el tema Covid-19: cómo salvaguardar la salud y los derechos de las mujeres y las niñas. Tema sobre el que aduce que si bien esta enfermedad ha sido un azote para todas las personas, son las mujeres y las niñas las que se han visto más afectadas. Las mujeres, porque son el personal de primera línea en los servicios sanitarios y, por lo tanto, las más propensas a adquirir el contagio.

Sumado a lo anterior, tanto las mujeres como las niñas están expuestas a la violencia intrafamiliar, sufriendo también por el aumento de riesgos de embarazos no deseados, ya sea por falta de anticonceptivos como por las violaciones que suceden en su mayoría, dentro de las propias casas que habitan.

Tomando en cuenta que en Guatemala el confinamiento empezó en marzo, destaca que “Un estudio reciente de Osar reveló que tan solo de enero a mayo de 2020 se registraron 46 mil 869 embarazos en niñas y mujeres entre 10 hasta 19 años. De esa cantidad, el 4.1 %, equivalente a 1962, son embarazos de niñas de 10 y 14 años, el resto (95.9 %), corresponde a mayores de 14.” (1), por lo que resulta terrorífico pensar en el conteo que se dará a partir de diciembre de este año, cuando las consecuencias del confinamiento comiencen a formar parte de estas estadísticas.

Niñas, niños y adolescentes siempre han sido ciudadanos de segunda categoría en nuestro país y ahora, con el Covid-19, la situación empeora cada vez más. La invisibilización de la población menor de edad ha sido una constante histórica, situación que llega a su clímax en estos tiempos de contagios, ya que es evidente que todos derechos están siendo aún más pisoteados.

En educación, resulta catastrófica la idea de las clases a distancia, cuando la gran mayoría de niñas, niños y adolescentes (NNA) no cuentan con los recursos para gozar de tecnología en sus casas; y quienes sí los tienen, se han visto abarrotados de tareas, tareas y más tareas, perdiendo el privilegio de la recreación y el contacto con sus pares, lo que en definitiva han contribuido a afectar su salud mental.

Aunado a lo anterior, el panorama se presenta más oscuro, especialmente cuando nos remitimos a las últimas declaraciones del presidente Giammattei, que invitan e insisten en que las clases deberán ser reanudadas en cuanto comience la desescalada, especialmente en las poblaciones que, a su criterio, se “porten mejor” para lograr ese “beneficio”… una desescalada que se propone comenzar cuando, por el contrario, día con día los contagios se incrementan.

El absoluto abandono que se observa en el sistema de salud debido a la falta de recursos sanitarios de protección, falta de camas en los hospitales y desabastecimiento de medicinas, nos presenta, hasta hace muy pocos días, el siguiente panorama: el contagio de más de 26 000 personas, entre las que se incluyen 1507 NNA, de los cuales, el 48.8 % son niñas. Esto último, aunado a los casi 47 mil embarazos de niñas y adolescentes hasta finales de mayo, nos hace reflexionar sobre la urgencia  de salvaguardar la salud y los derechos de las niñas y las adolescentes mujeres, en particular, pero el de la población empobrecida, que es la mayoría, en general.

A través de este boletín, Pami se suma al llamado de PNUD a salvaguardar la vida y la integridad de las niñas y las adolescentes en este contexto de pandemia, haciendo un llamado y exigiendo a las autoridades gubernamentales por que los programas y los presupuestos orientados a la atención del Covid-19 tengan un especial enfoque a los niños, pero, sobre todo, a las niñas y las adolescentes mujeres.

Referencia:

(1) https://republica.gt/2020/06/12/embarazos-en-menores-de-14-anos-son-una-violacion-segun-la-ley/#:~:text=Un%20estudio%20recient%20de%20Osar,corresponde%20a%20mayores%20de%2014.