La siempre olvidadas: niñas y adolescentes en Guatemala

Este año, el Día Internacional de la Población invita a pensar sobre el tema Poniendo fin al COVID-19: cómo salvaguardar la salud y los derechos de las mujeres y las niñas. PAMI, elabora el presente boletín para invitar, no solo al gobierno, sino a la sociedad civil, los centros educativos y a la ciudadanía en general, a reflexionar sobre dicho tema, y sobre el abandono y la enorme problemática en la que se encuentra la niñez y la adolescencia del país, en todos los aspectos que se vinculan con la defensa de sus derechos humanos.

Es un hecho que los compromisos y la mayor responsabilidad por salvaguardar esos derechos, en general, recae en el gobierno de un país que, en el caso de Guatemala y sobre este particular, goza de un amplio marco jurídico nacional e internacional, que le demanda la protección integral de la niñez y adolescencia.

Las estadísticas sobre el cumplimiento de esta responsabilidad, nos enfrentan a una ineludible verdad: que ese compromiso aún está muy lejos de cumplirse. Desde siempre, en Guatemala la pobreza y extrema pobreza han impedido que la sociedad en general alcance un mínimo grado de desarrollo; y de ellos, la niñez y adolescencia es uno de los sectores más afectados.

Infortunadamente, en nuestro país, niñas, niños y adolescentes siempre han estado en situación de vulnerabilidad y nunca han sido tema prioritario para las autoridades; y, en las actuales circunstancias, la pandemia que ahora nos afecta ha venido descorrer el velo y desnudar aún más estos grandes vacíos, evidenciando que, de este espectro de daños, las niñas y las adolescentes son quienes más sufren las graves y nefastas consecuencias por el abandono de la protección gubernamental.

Si bien todas las personas menores de edad se encuentran sufriendo una crisis sin precedente por un débil sistema gubernamental, que carece de una política de protección y un plan de acción para garantizarles una vida digna, en esta oportunidad nos limitaremos a exponer la situación de las niñas en nuestro país, tanto por la forma en que han sido afectadas por el pésimo manejo de la pandemia, como por los estragos que esa misma situación les ha causado en la violación de sus más elementales derechos humanos.

En relación con el derecho a la protección, del total de alertas Alba-Kenneth activadas en 2020, el 67.46 % fueron niñas y adolescentes mujeres, evidenciando así ser el grupo más vulnerable, y visibilizando la inoperancia del sistema de protección ciudadana, especialmente durante una crisis mundial de tal envergadura, como la pandemia por COVID-19 ya que, en estas circunstancias, todas las alertas y apoyos debieran ser priorizados, especialmente las que se vinculan con la protección de las poblaciones más vulnerables como lo es, en este caso, la niñez y adolescencia.

La información proporcionada por el INACIF, en relación con las necropsias realizadas durante el 2020, en cuanto a las violencias contra mujeres de 0 a 19 años de edad, se reportan 65 casos por decapitación, heridas por arma blanca y heridas de proyectil por arma de fuego; y, en cuanto a las evaluaciones clínicas (reconocimiento por delito sexual, heridas por arma blanca, heridas proyectil de armas de fuego y lesiones compatibles con maltrato), se reportan 5005 en mujeres en el mismo rango de edad.

El Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva, OSAR, informa sobre los embarazos registrados de enero a junio del presente año, y dan cuenta de que los mismos alcanzaron la ominosa cantidad de 49 931 en niñas, adolescentes y jóvenes de 10 a 19 años de edad.

En relación con el COVID-19, en lo que va del presente año, hasta el 5 de julio, se han contagiado 11 319 niñas y las adolescentes de 0 a 17 años de edad, lo que representa un 50 % de la niñez y adolescencia afectada por la pandemia; de ellas, 60 han fallecido debido a complicaciones de la enfermedad.

En consecuencia y como un triste epílogo, se puede concluir que Guatemala se encuentra muy lejos de activar las herramientas de protección a favor de la niñez y la adolescencia, y que en esta pesadilla de abandono, son las niñas las que sufren las más duras consecuencias. Ellas son las que viven con más fuerza este mal sueño cotidiano, en donde sus derechos son pisoteados día con día, lo que se ha visto incrementado por este difícil contexto de pandemia.

Por todo ello, responder a las inquietudes del Día Mundial de la Población en Guatemala, en esta época de COVID-19, es una tarea muy difícil de llevar a cabo, especialmente la de salvaguardar la salud y los derechos de quienes se encuentran al final de la pirámide social, las niñas, las adolescentes, las olvidadas.

Fuentes: